Si eres humano y vives en este siglo, tengo que darte una mala noticia. Tienes sesgos y heurísticos.
Si me pidieras que te definiera sesgo, concretamente sesgo cognitivo, con las palabras más sencillas que se me ocurran lo haría como fallo mental.
Un bug de nuestro sistema, y cómo en informática, estos defectos son usados en contra de nosotros por hackers mentales o por nosotros mismos. Conocer que existen estos fallos es esencial para no caer en ellos, mejorando nuestras decisiones y siendo más libres e independientes.
Si el anterior párrafo ha matado a algún psicólogo, intentemos revivirlo con el siguiente.
Siendo más rigurosos, un sesgo cognitivo es un efecto psicológico que produce una desviación en el procesamiento mental, llevando a una distorsión, juicio inexacto o interpretación ilógica de la realidad.
Suficiente Wikipedia por hoy.
Quizás te preguntes por qué tenemos estos fallos si son malos para nosotros. Pero, ¿son malos realmente?
Espero no mojarme en exceso con esta respuesta pero ahí va.
Depende. Vivimos en un mundo complejo, como decía Tonino Carotone, «E' un mondo difficile» y para más inri, un mundo que avanza más rápido que nuestra propia adaptación.
“The real problem of humanity is the following: We have Paleolithic emotions, medieval institutions and godlike technology. And it is terrifically dangerous, and it is now approaching a point of crisis overall“
- Edward O. Wilson
La tecnología ganó a la evolución.
Los sesgos son, en muchos casos, automatismos que nos ayudaban a sobrevivir en un mundo que ya no existe.
Ya no existe esa lucha animal por la supervivencia, ahora una mala decisión no supone la muerte.
Ya no existen esos pequeños grupos sociales, ahora nos organizamos en ciudades de millones de personas.
Ya no cazamos o recolectamos para sobrevivir, ahora compramos los alimentos.
Los tiempos cambian, pero nosotros no.
Sabiendo que son y por qué se producen veamos ahora cuándo se producen.
Hay catalogados más de 100 sesgos diferentes, cada uno de su padre y su madre aunque algo curioso y que los une entre sí es el problema que intentan resolver. Así por ejemplo los clasifica Buster Benson:
Problema 1: Recibimos demasiada información. Nuestra mente trata de filtrar y simplificar de forma muy agresiva la realidad para así poder tomar decisiones en función a esto. De esta forma, no valoramos una parte importante de los datos porque no pasaron nuestro filtro o ni siquiera nos planteamos que necesitamos más datos para poder tomar una decisión.
Problema 2: Intentamos buscar patrones. Conectamos los puntos para trazar una historia aunque no tengamos suficiente información. Los prejuicios serían un buen ejemplo de este tipo de sesgo.
Problema 3: Necesitamos actuar rápido. Sentimos una necesidad de pensar y actuar rápidamente. Esta prisa provoca errores.
Problema 4: Nuestra memoria falla. Manipulamos nuestros recuerdos: recordamos parte de lo sucedido, los asociamos a sentimientos y los editamos a lo largo del tiempo.
¿Está esta clasificación sesgada? Seguramente, pero no deja por ello de ser útil.
Ya sabemos mucho de los sesgos, ahora veamos los sesgos que tienes.
Tú, sí tú. ¿Tú no tienes sesgos?
Todos tenemos sesgos, aunque no queramos, ahí están.
¿Te lo demuestro?
Empecemos con un ejemplo que aparece en Pensar rápido, pensar despacio de Daniel Kahneman.
Si yo te describiera a mi vecino de la siguiente forma: «Es muy tímido y retraído, siempre servicial, pero poco interesado por la gente o por el mundo real. De carácter disciplinado y metódico, necesita ordenarlo y organizarlo todo, y tiene obsesión por el detalle». ¿Es más probable que sea bibliotecario o agricultor?
Seguro que al leer esa descripción pensaste en un bibliotecario, a mí también me pasó. Pero si pensamos que hay 20 veces más agricultores que bibliotecarios… ¿No es más probable que mi vecino sea agricultor que bibliotecario?
Si no te convence el ejemplo vayamos con los siguientes:
¿Tienes alguna “prenda de la suerte”?
Al cruzarte con alguien, ¿Has supuesto en lo que trabaja por su apariencia?
¿Te ha dolido más perder 50 euros del placer que te dió ganarlo?
Seguro que ya te diste cuenta que tienes sesgos. Ese es el primer paso.